A. CLASIFICACIÓN GENERAL
Es una obra escultórica, figurativa y religiosa. Es un conjunto escultórico. Es una obra de bajo y mediorrelieve. El nombre de esta obra se llama la portada de San Pedro de Moissac y pertenece al estilo del románico.
B. ANÁLISIS ESTILÍSTICO FORMAL
El tema del conjunto escultórico es el siguiente: El tímpano representa el Apocalipsis de San Juan, es decir, la venida de Cristo a la tierra para juzgar a los vivos y a los muertos. Los laterales de la portada refuerzan el mensaje a través de bajorrelieves con escenas del Antiguo y Nuevo Testamento y representaciones alegóricas de la avaricia y la lujuria. En la jamba izquierda aparece el profesa Isaías; en la derecha, San Pedro. En el parteluz destacan las seis leonas de la Revelación, esculpidas con gran detalle.
La concretación del tipo de relieve del conjunto escultórico es de bajo y mediorrelieve.
El conjunto escultórico se localiza en la portada de la iglesia abacial de San Pedro de Moissac. La obra escultórica está pulida en piedra.
Análisis de la forma
La obra presenta idealización ya que la figura central es más grande que las demás ya que la figura central representa a Cristo y los demás son sus apóstoles. Según el sistema de composición utilizado se puede decir que la figura central (Cristo) presenta una visión frontal, mientras que las demás figuras presentan escorzo ya que están contemplando al Señor. Cristo presenta una composición cerrada y las demás figuras presentan una composición abierta giratoria. Pienso que presenta simetría pero tengo dudas, no lo tengo muy claro. Respecto con el volumen predomina la masa sobre el espacio y los volúmenes cerrados. la obra escultórica presenta espacio límite ya que tiene que estar enmarcada en el tímpano de la portada. Sobre la plasmación del movimiento yo diría que las figuras están en reposo tanto el Cristo como las demás figuran que presentan un movimiento giratorio ya que se tienen que girar para contemplar a Cristo.
C. ANÁLISIS ESTÉTICO O SIGNIFICATIVO DE LA OBRA
El Apocalipsis, tema muy frecuente en las portadas románicas, basado en el último libro del Nuevo Testamento, se reveló muy eficaz para los objetivos de la Iglesia medieval. De forma terrorífica se preconizaba el último acto de la Humanidad, el momento en que aparecía Cristo como juez supremo para juzgar a los vivos y a los muertos. Era el argumento ideal para convencer a unos hombres que sometidos a rigurosos límites morales decirles que en el más allá podrían encontrar su premio o su castigo. En un contexto como éste, la subordinación escultórica de las figuras secundarias a la de Cristo era fácilmente extrapolable a la necesaria subordinación, para mantener el orden establecido, del hombre medieval a su señor feudal